La obra de Arte en la epoca de su reproductibilidad técnica. Walter Benjamin

Andy Warhol, from the series Mao, 1970, screenprint, AP edition C/Z, 36 x 36 inches. Collection of the Jordan Schnitzer Family Foundation

La reproducción técnica de la obra de arte es algo que se impone en la historia continuamente, Walter Benjamin nos propone una reflexión sobre la innovación tecnológica en la época de la reproducibilidad técnica, desde el criterio de creación de la nueva obra de arte hasta las condiciones y matices de su recepción en las masas. La producción empieza a cambiar y las nuevas tecnologías hacen posible una prosperidad en la teoría del conocimiento y la reproducción técnica. Las obras de arte reproducidas en serie llevan implícita la pérdida del “aura”, perdiéndose el aquí y ahora, una característica propia de la obra original, “una manifestación irrepetible de una lejanía”. Ese carácter aurático se ha ido evaporando a partir de la reproductividad técnica, desde el momento en que dichas obras se convierten en productos de consumo masivo y empiezan a reproducirse en serie.

“la obra de arte reproducida se convierte, en medida siempre creciente, en reproducción de una obra artística dispuesta para ser reproducida.”Esta pérdida del “aura” es algo positivo, un signo de desarticulación de la tradición (algo fijo y regresivo), acentuando la capacidad de acercar el objeto a su destinatario, en el sentido de cercanía física y en el democrático, impidiendo que adquiera un valor cultual e inaccesible. La originalidad de la pieza artística en el contexto de la tradición encontró su expresión en la adoración a la obra original auténtica.Con los diversos métodos de reproducción han ido creciendo las posibilidades de exhibición de las obra de arte, haciendo que éstas dejen de mantenerse ocultas y emancipándose del regazo ritual.Con la llegada de la fotografía, el valor exhibitivo comienza a reprimir al valor cultural, un valor que viene dado por el rostro humano. La imagen tiene su último refugio en el culto al recuerdo de los seres queridos. En las primeras fotografías vibra por vez postrera el aura en la expresión de una cara humana. Y esto es lo que constituye su belleza melancólica e incomparable. Pero cuando el hombre se retira de la fotografía, se opone entonces el valor exhibitivo al cultural. También Destaca el cine como un “arte nuevo” un arte que no hubiera existido sin la evolución de los medios técnicos ni el apoyo de los críticos. Destaca la interpretación de los actores, los cuales no actúan para el público en general sino que son atrapados por todo el mecanismo del aparato, no siendo ésta una actitud a la que puedan someterse valores culturales.El espectador se encuentra pues en la actitud del experto que emite un dictamen sin que para ello le estorbe ningún tipo de contacto personal con el artista. Existe una nueva valoración de lo “nuevo” y se dispone de forma positiva con respecto a las vanguardias, concretamente en los dadaístas, los cuales dieron menos importancia a la utilidad mercantil de sus obras que a su inutilidad como objetos de inmersión contemplativa. Y en buena parte procuraron alcanzar esa inutilidad por medio de una degradación sistemática de su material.Menciona una teoría del arte en contra del fascismo y su culto a la imagen, en su epílogo se refiere al manifiesto de Marinneti sobre la guerra de Etiopía, donde la política se convierte en algo estético y lo referente a la guerra como algo bello. Surge un arte no- estático, no-contemplativo, no-aurático. La reproductibilidad técnica de la obra artística moderna modifica la relación de la masas con el arte, transformándola de reaccionaria a progresista y democrática, haciéndola más cercana a los ciudadanos y dejando de pertenecer a un grupo reducido.